Cancioneros
Programa
.... Preámbulo …
Ninha era la infanta............. Anónimo............. Cancionero de Lisboa
TRES CANCIONES................. F. Guerrero......... Canciones y villanescas espirituales
- Acaba de matarme
- Prado verde y florido
- Huid, huid
… De las penas de amor …
Ay, Ay, que rabio y muero..... Juan Vásquez..... Recopilación de Sonetos y Villancicos
Que he o que vejo................. Anónimo............ Cancionero de Elvas
Acabarseam mis plazeres.... Anónimo............ Cancionero de Lisboa
Na fonte está Lianor............. Anónimo............ Cancionero de París
¡Ay que non hay!................... Juan del Encina...Cancionero de Palacio
Di, perra mora...................... Pedro Guerrero.....Cancionero de Medinaceli
… De la mesa y el yantar …
Ave, color vini clari............... Juan Ponce............ Cancionero de Palacio
¡Ora, sus! Pues que ansí es. Pedro de Escobar. Cancionero de Palacio
La Tricotea............................ Franco Alonso....... Cancionero de Palacio
Hoy comamos y bebamos.. Juan del Encina..... Cancionero de Palacio
… Del amor burlesco …
¿De dónde venís, amores?.. Juan Vásquez....... Recopilación de Sonetos y Villancicos
Teresica hermana............... Mateo Flecha........ Cancionero de Medinaceli
Corten espadas afiladas.... Anónimo............... Cancionero de Medinaceli
* Duración aproximada: 1 hora sin descanso. Programa a capella o con tiorba y guitarra renacentista en función de presupuesto.
Buena parte de la música profana del Renacimiento en la península ibérica nos ha llegado gracias a que fue recogida en cancioneros. De hecho, éstos son prácticamente la única fuente de este tipo de música en la segunda mitad del siglo XV y en los comienzos del XVI. La poesía y la música en estos cancioneros se nos presenta fundamentalmente como recopilaciones colectivas muy dispares de obras a menudo anónimas o de autoría dudosa, con atribuciones diferentes en las distintas colecciones[1]. Algunas de estas antologías, como el cancionero musical de Palacio, seguramente la más importante de todas, ya aparecieron en forma manuscrita, y a lo largo de todo el siglo XVI siguieron recopilándose en forma impresa. Las ediciones dedicadas a un solo autor son raras en esta primera etapa, que tiene al Cancionero de las obras de Juan del Encina, impreso en Salamanca en 1496, como la excepción más señalada. Esta situación se irá modificando de la mano de una mentalidad más moderna y a lo largo del siglo XVI será cada vez más frecuente, hasta convertirse en algo habitual, la edición de obras impresas que recojan piezas profanas de un solo compositor, como pueden ser los casos de Vásquez o Guerrero.
Aunque la poesía de los cancioneros surgió originalmente en los ambientes cortesanos, a partir de la segunda mitad del siglo XV se percibe en éstos una inclinación progresiva hacia lo popular, tal vez debido a la idealización del hombre primitivo que es propia del humanismo renacentista. Este nuevo gusto se advierte en la inclusión de coplillas tomadas del folklore tradicional y en el tono general de las canciones, que comienzan a abundar en temas propios del pueblo llano. En realidad, se trata de incorporar estos temas, que a veces pueden rondar la procacidad o un cierto estilo tabernario, a la poesía sin renunciar a un lenguaje, que, en general, es fundamentalmente culto. Así, vemos que el uso más reconocible de esta incorporación es aquel en el que el poeta cortesano toma un cantar popular como estribillo para, a continuación, glosarlo en las estrofas según las convenciones de la poesía culta (curiosamente de esta forma han podido llegar hasta nosotros cantares que se remontan a la época medieval, sobre todo castellanos, pero también portugueses y catalanes[2]). El género poético musical que mejor se adaptó a este uso fue el villancico que, gracias a la influencia de autores como Gil Vicente en Portugal o del Encina en España, logró tal aceptación que pasó a ser la forma de expresión fundamental en los cancioneros. Pero, además de la glosa culta de un estribillo popular, frecuentemente nos podemos encontrar con que todo el poema puede ser una recreación cortesana del estilo popularizante, con resultados más o menos afortunados. Por último, se da el caso de que la canción tenga un origen enteramente popular. Esto es mucho más común en las colecciones de los cancioneros musicales, pues como apunta Margit Frenk[3] “a los músicos no les preocupaba el decoro de las palabras que acompañaban a la melodía y a menudo no esperaron a que les pusieran su vestimenta cortesana”.
La penetración del ingenio y el arte del vulgo en la literatura y la música trajo consigo la proliferación de los cancioneros musicales, que coincide en el tiempo con un periodo de intenso intercambio musical en la península ibérica. Desde mediados del siglo XV las oportunidades para que este intercambio se produjera se multiplicaron gracias a las políticas dinásticas de las cortes portuguesa y española. La presencia de músicos de ambos países en dichas cortes y el conocimiento y uso de sus respectivos idiomas a uno y otro lado de la frontera dan fe de ello. De esta manera, ya sobre 1500 se puede hablar de la existencia de un repertorio cortesano ibérico común para los cancioneros que circulan por España y Portugal. El mejor ejemplo podría ser O cancioneiro de Elvas, que contiene sesenta y cinco composiciones con textos en español y en portugués. El uso de los dos idiomas, sin embargo, no nos da ninguna evidencia acerca de la nacionalidad de los autores, que pueden ser indistintamente de uno u otro país[4].
El programa que ofrece la Capilla Renacentista trata de reflejar esta diversidad, la diversidad ofrecida por los cancioneros de la península, entre lo culto y lo popular, desde el este al oeste, en un paseo musical por las tierras ibéricas que, esperamos, sea de su agrado.
[1] Alonso, Álvaro (2006) Poesía de cancionero. Madrid: Cátedra (Letras hispánicas 247).
[2] Frenk Alatorre, Margit (2001) Lirica española de tipo popular: edad media y renacimiento. Madrid: Cátedra (Letras Hispánicas, 60).
[3] Frenk Alatorre, Margit (1978) Estudios sobre lírica antigua. Madrid: Castalia (Literatura y Sociedad, 15).
[4] Miranda, Gil (1987) The Elvas songbook. American Institute of Musicology.
Autor: Eduardo Pulla Ortega.