Passio
Passio
Programa
O vos omnes T. L de Victoria
Pueri hebraeorum T. L de Victoria
Vigilate et orate C. de Morales
Officium Dfunctorum: Introitus T. L. de Victoria
MISSA PRO DEFUNCTIS P. de la Rue
Introitus
Kyrie
Psalmus
Offertorium
Sanctus
Agnus Dei
Communio
Stabat Mater J. Desprez
Miserere mei, Deus G. Allegri
Sparge la morte C. Gesualdo
* Duración aproximada: 1 hora sin descanso.
Notas al programa |
La música del Renacimiento, con su riqueza polifónica y devoción espiritual, ofrece una inmersión profunda en los misterios de la Pasión de Cristo. El programa que la Capilla Renacentista ha preparado "Passio", se presenta como un recorrido emocional y espiritual a través de las obras de destacados compositores renacentistas. Este programa invita a la reflexión y el recogimiento en un periodo tan significativo como es la Semana Santa.
Contexto General
La Pasión de Cristo ha sido una fuente inagotable de inspiración para artistas y compositores a lo largo de los siglos. La música del Renacimiento, con su equilibrio entre armonía y texto, captura la esencia de los eventos sagrados de la Pasión. Este concierto presenta obras que nos transportan a la intimidad de la fe y la devoción, resaltando la belleza y el dramatismo inherente a este periodo.
Sobre el programa
Passio comienza con la gran obra conmovedora de Tomás Luis de Victoria O vos omnes basada en el texto del Libro de las Lamentaciones. Invita a los oyentes a contemplar el sufrimiento de Cristo. La música, con su rica textura polifónica y su emotiva melodía, refleja la profundidad del dolor y la piedad.
Seguidamente, Pueri hebreorum celebra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Destaca por su jubilosa polifonía que evoca la alegría y la esperanza de la multitud que recibió a Cristo con palmas y alabanzas. Victoria logra capturar la dualidad de la glorificación y el inminente sufrimiento.
Cristóbal de Morales es quien nos invita a la vigilia y la oración con Vigilate et orate. Este motete, basado en las palabras de Jesús a sus discípulos en el Huerto de Getsemaní, nos sumerge en un ambiente de expectación y recogimiento.
Y si hablamos de música para la pasión, no podíamos dejar pasar la oportunidad de mencionar el Introitus del Officium Defunctorum de Victoria. Es un testimonio de su maestría en la composición sacra. La obra, que abre el Oficio de Difuntos, establece un tono solemne y contemplativo, transportando a los oyentes al corazón del ritual fúnebre cristiano.
Posteriormente, se interpretará una de las obras monumentales en el repertorio sacro renacentista como es la Missa pro defunctis del compositor franco-flamenco Pierre de la Rue. Compuesta en varias secciones, cada una con su propio carácter y profundidad emotiva. Esta misa de difuntos es un reflejo de la devoción y la esperanza en la resurrección. La obra, en general, refleja la seriedad y la esperanza en la vida eterna, un tema central en las misas de réquiem.
Introitus
Abre la misa con un llamado a la oración y la paz. La música es solemne, proporcionando una atmósfera de recogimiento.
Kyrie
Expresa una humilde y ferviente súplica de misericordia. De la Rue utiliza la polifonía para resaltar el ruego constante y profundo de los fieles.
Psalmus
Refleja una meditación melódica sobre el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Tí, Dios mío"), ofreciendo un momento de reflexión sobre la cierva sedienta, con la garganta seca, lanza su lamento ante el desierto árido, anhelando las frescas aguas de un arroyo.
Offertorium
En la Misa de Difuntos, este canto adquiere un significado especial, pues se convierte en un espacio de oración por el difunto y un llamado a la esperanza en la vida eterna. En este caso, expresa el gran reconocimiento de la muerte, petición por el difunto y la esperanza en la resurrección.
Sanctus
Es la más importante de las aclamaciones que la asamblea canta en la Misa. Su propósito es avivar el entusiasmo, clamar con alegría para dar gracias y alabar a Dios. La música se eleva majestuosamente en un himno de alabanza.
Agnus Dei
La música de De la Rue para el Agnus Dei es solemne y contemplativa, utilizando la polifonía típica de su estilo para crear una atmósfera de reverencia y paz. Una de las características notables de esta sección es cómo De la Rue entrelaza las voces para crear una textura rica y compleja, que resalta la profundidad espiritual del texto litúrgico.
Communio
Es la parte final de la misa de réquiem. En esta sección, la música está diseñada para acompañar a la comunión, reflejando la solemnidad y la esperanza en la redención y la vida eterna. Utiliza el texto del Lux aeterna, pidiendo que la luz perpetua brille sobre los difuntos. Esta sección es especialmente conmovedora, ya que capta el espíritu de consuelo y paz que se busca durante la comunión y la reflexión sobre la vida después de la muerte.
Es San Juan quién en el capítulo 19 narra como la Virgen María estuvo al pie de la cruz, acompañada de María de Cleofás, María Magdalena y San Juan Evangelista. Josquin Desprez dibuja esta meditación sobre el dolor de la Virgen María con su impresionante Stabat Mater. Desprez utiliza motivos melódicos específicos que se repiten y se desarrollan a lo largo de la obra. Estos motivos no sólo ayudan a crear unidad y cohesión en la pieza, sino que también resaltan el texto emocional del Stabat Mater. Aunque la obra es predominantemente polifónica, Josquin también utiliza la textura homofónica, donde todas las voces cantan el mismo ritmo con diferentes notas. Este cambio de textura destaca ciertos pasajes del texto y aporta variedad a la obra. La música sigue de cerca las inflexiones del texto, creando una conexión íntima entre las palabras y la música.
Sin duda, una de las composiciones corales más célebres de la música sacra es el Miserere mei, Deus de Gregorio Allegri compuesta en 1638. Allegri, por aquel entonces era el maestro de la Capilla Pontificia y fue el Papa Urbano VIII quien realizó el encargo de la obra. Durante muchos siglos permaneció custodiada en el Vaticano bajo pena de excomunión si dicha obra era interpretada fuera de la Capilla Sixtina o copiada. Basado en el Salmo 51, es una súplica ardiente de perdón y misericordia, destacada por su estructura alternada entre canto llano y polifonía coral. Está compuesta para un doble coro de nueve voces: un coro principal de cinco voces (SSATB) y un coro secundario de cuatro voces (SSAB). Estos coros alternan entre sí a lo largo de la obra y a veces se combinan para crear una textura rica y compleja.
Finalmente, será Carlo Gesualdo quién se encargue de cerrar este programa con la intensa y expresiva obra Sparge la morte. Conocido por su uso innovador de la armonía y la disonancia, Gesualdo captura la agonía y el deseo de redención en esta pieza. Es una obra a capella escrita para cinco voces (SATTB) y está basada en un texto italiano que describe la muerte de Cristo. El texto describe como la muerte se extiende sobre el rostro de Cristo, llenando el ambiente de tristeza y horror. La música de Gesualdo intensifica estas emociones, utilizando disonancias y modulaciones inesperadas para crear una atmósfera de profunda tristeza y devoción.
Autor: Luis Ramos Fuentes.